Historia de los masonicanos



(Caballero del Sol. Gr. 28)

 

Prefacio:

El 09 de enero del 2011, escribí una columna gravada titulada: “Caballero del Sol”, pero todo escrito siempre será inconcluso, porque siempre existirán ideas que por su propia naturaleza arquetípica no pudieron expresarse en palabras, de tal modo que el presente, bien puede considerarse una continuación del anterior.

La mayoría de las enseñanzas de la Masonería Escocesa, provienen de mitos alegóricos (*) de los tradiciones Hebreas, que a su vez, los tomaron de los “Persas” durante su cautiverio en “Babilonia”, o sea del Zend-Avesta entre otros libros “Sumerios” cambiando solo los nombres de los personajes y teatros de eventos. Los querubín (**) son personajes alegóricos del folclor religioso y cultural de algunos pueblos.

“Los Querubín, Querub, Cherub o Kirubi que se levantan a la puerta de los templos y palacios Asirios, no eran – según Marqués Riviera – sino gigantescos Pantáculo que los sacerdotes ponían como <>. Función desempeñada en China por grifos y dragones. El cherub Egipcio era una figura con muchas alas y cubierta con ojos, emblema del cielo nocturno, de la religión y vigilancia” (1).

“QUERUBINES”

(Caballero del Sol. Gr. 28)

En la cámara del Gr. 28 Príncipe Adepto o Caballero del Sol de la Masonería Escocesa, se encuentra sobre y detrás del trono del H.’, que preside un sol” transparente, símbolo alegórico de Dios. Detrás de este sol, existe una fuente de “luz” el “Ain Soph Aur” o la luz ilimitada o fuente de la materia primordial de los cabalistas que conforman los tres velos que ocultan el rostro del Dios causa primera de cuanto existe.

Quien preside los trabajos de esta cámara, recibe el nombre de “Adán”, que significa: “Tierra Roja u “Hombre Rojo”. En el área del simbolismo místico, el color rosa se asocia al amor sentimental, abstracto, espiritual, al mismo tiempo que el El rojo se relaciona con el amor animal e instintivo, e inevitablemente me recuerda a Lilith, la primera esposa de Adán que lo abandono en el jardín del edén por conflictos sexuales (***) prefiriendo irse a vivir en una cueva a orillas del mar rojo”, con el demonio asmodeo o asmodeus el demonio de la lujuria.

El vigilante único que posee esta cámara, le llaman: Hermano de la Verdad”, que viene siendo análogo a la Diosa Egipcia Maat” que era un concepto abstracto de la verdad y justicia. “Maat” aparece en el cuadro egipcio El Juicio de Osiris” o “Pesaje del alma” cuando “Anubis” el dios chacal de la muerte y la resurrección, depositaba en un platillo de la balanza el corazón o alma del difunto, y lo contrapesaba con el segundo platillo donde se depositaba también la pluma que “Maat” portaba sobre su cabeza. Obviamente este drama es un “mito alegórico” de una iniciación trascendental (2), donde el alma del postulante era probada para ver si era digno de accesar los mundos divinos o espirituales.

Los siete primeros HH,’, asistentes a los trabajos de esta cámara se les llama Querubines”, el resto eran llamados “Silfos”, que vienen siendo espíritus elementales del aire, elemento imprescindible para sostener el fuego. Los Querubín eran Ángeles Guardianes que los cabalistas ubican en “Yesod” fundamento o cimiento, segunda sephirah de “abajo” hacia arriba del Árbol Cabalístico; Los Querubín fueron quienes con espada flamígera en mano, expulsaron a Adán y Eva del Jardín del edén y son los Guardianes del umbral que impiden el acceso a todo indigno de ello.

Querubín, llamados también: los “segundos”, porque según la jerarquía celestial de Dionisio de Areopagita, el Querub era después de los Serafines, ángeles ardientes que estaban frente a Dios. Al Querub le llaman también “toros”, como el segundo signo del zodiaco y de nuestra segunda columna “tauro de las doce que circunvalan nuestro templo.

Lorenzo Frau Abrines Dice: “Esta determinado el número de los siete Querubines por el de los siete ángeles, que según la leyenda, tenían a su cargo la dirección de los siete planetas conocidos por los antiguos, siendo sus nombres como siguen: Michael-Saturno, Gabriel-Júpiter, Uriel-Marte, Hamaliel-Venus, Raphael-Mercurio, Tsaphiel-Luna, Zrahihel-sol” (3). El número siete hace referencia también, al universo manifiesto de la cábala, con sus tres mundos y siete sephiroth.

El Pseudo Dionisio de Areopagita mencionan la jerarquía celestial o angelical conformada por tres grupos o coros: Primero: Serafines, Querubines y Tronos. Segundo: Dominaciones, Potestades y Virtudes. Tercero: principados, Arcángeles y Ángeles.

Dice el mito alegórico bíblico: En medio del jardín del Edén existían dos árboles, uno del conocimiento del bien y del mal, que viene siendo el cuerpo material del hombre, a través del cual evoluciona cobrando  o desarrollando consciencia de sí mismo y cuanto le rodea. El segundo árbol es el de la vida eterna o alma del hombre, que los Elohim (****) le impidieron comer de sus frutos para que no viviera eternamente y no se convirtiera en un ser igual a ellos.

El jardín del Edén es el estado el consciencia puro, del alma, donde no existe la presencia del ego ni los intereses terrenales. El propósito del Gr. 28 Caballero del Sol, “tiende al conocimiento de la causa primitiva de todo cuanto existe”, y agrega: “Los aspirantes a este Grado, desean llegar al colmo de la verdad” (3).

En la iniciación a este grado, los siete querubines que custodian la entrada al Jardín del Edén, cuestionan al postulante sobre sus intereses e intenciones al pretender ingresar, a este estado, y buscan descubrir cualquier escoria terrenal o egoica que aún pudiese existir en ellos para impedirles el paso. Obviamente que tal iniciación trascendental (2), realmente se lleva a cabo en el interior del postulante mismo, como lo indica la liturgia del Caballero Rosacruz 18°, y los Querub que lo cuestionan son representaciones alegóricas de fuerzas y estados de consciencia en el interior de todo ser humano.

Según Lorenzo Frau Abrines, el Gr. 28 Caballero del Sol o Príncipe Adepto, pertenece a los llamados Cabalísticos (3), llamando fuertemente la atención el número siete de los Querub, número que se repite varias veces en la Biblia, como el candelero de siete brazos, la siete iglesias del apocalipsis, siete estrellas, como los siete sellos del libro de la vida, entre otros más. Del apocalipsis o libro de las revelaciones, que es donde aparece más veces el número siete, se dice que es un libro altamente críptico y de esencia cabalística como lo es el Grado 28 Caballero del Sol o Príncipe Adepto.

Conclusión:

Toda enseñanza de la Masonería Escocesa, sea simbólica, filosófica, cabalística o esotérica, solo es posible comprenderla en su relación con el hombre. Todo conocimiento humano habla del hombre, porque él es la medida, peso, y dimensión de su propia realidad. Sin embargo algunos han confundido los símbolos y alegorías con la verdad. Tú has adorado como Dios al mito de aquella brillante idea sin detenerte en su estudio. Tres siglos se emplearon en elaborarle con la ayuda de los misterios judíos tradicionales. Ese mito de nuestra perfección es… Jesucristo” (3).

El Querube Gabriel le habla al postulante sobre el dominio de las 7 pasiones: “”La avaricia, la ambición, la soberbia, la lujuria, la sed de goces o la gula, el juego y la última, que es la peor, la religión” (6), La cual ha alejado al hombre de Dios, volviendo a este último inalcanzable. La divinidad es perfección y si el hombre es imperfecto, también es perfectible.

Los líderes religiosos han castrado al hombre y vuelto estéril a la mujer de sus propias facultades creadoras. Los ha postrado y sometido a voluntades ajenas a ellos mismo olvidándose de las palabras de San Pablo quien dice: “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?” 1 Co. 3:16 y al salmista clama: Yo dije: vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del altísimo; Pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis. Levántate, oh Dios, juzga la tierra; Porque tú heredarás todas las naciones” Sal. 82:6-8.

Las jerarquías celestiales y los dioses, son estados de consciencia. “A Dios nadie le ha vio jamás” Jn. 1:18 y bien podría agregársele, a las jerarquías angelicales tampoco.  Dios es un concepto que debemos “bajar” a la comprensión humana, y éste siendo incognoscible e inefable por su propia naturaleza divina, solo le conocemos relativa y parcialmente por sus manifestaciones, igual que el inconsciente de la mente humana.

Se dice que: “Dios deseo conocerse a sí mismo y creo un espejo para verse reflejado en él” (4), como también se dice que: Los cielos hacen temblar la tierra, como la tierra hace temblar los cielos”, de igual forma: El inconsciente del hombre hace temblar el consciente, como el consciente hace temblar el inconsciente.

Moisés le pregunta Dios: ¿Cuál es tu nombre?, a lo que Dios responde: Ehyé-Asher-Ehyé” que algunos escritores traducen como: “Yo soy el que soy”, porque siendo Dios el único o absoluto: ¿cómo podría definirse a sí mismo?, sería tan imposible como pedirle al hombre que definirá su propio ser, porque para ello sería menester definir sus partes y confirmarlas con el universo que le rodea; Otros escritores lo traducen como: Yo soy el que seré”, lo que vendría a ser: El inconsciente que no se conoce a sí mismo, sino en forma gradual al volverse consciente de sí mismo a través de las manifestaciones de lo inconsciente. O sea el inconsciente se vuelve consciente en el ser humano. El hombre no es la medida del universo, ángeles y dioses, pero si la medida de su propia realidad. Las “realidades” místicas de hoy, mañana serán diferentes porque el hombre será diferente por su propia progresión evolutiva. No confundas ni tomes al mito alegórico por la verdad, El Grado Caballero Del Sol, tiende al conocimiento de la causa primera primitiva de todo lo que existe” (3)… ¿Dios?  El universo, ángeles y dioses, solo pueden ser comprendidos en relación con el hombre… y el hombre es en esencia consciencia y mente.

La esencia del ser humano es consciencia, y en ella se aprecian tres facetas de un solo prisma, el “yo”, el “Ello” y el “súper yo” o “Super-ego”. El “yo” como la instancia consciente con la que nos relacionamos con el mundo que nos rodea. El “Ello” consiste en pulsiones y deseos instintivos o animales relacionados con la búsqueda del place inmediato y la evitación del displace, aquí se encuentran el impulso de origen sexual de la libido. El “súper-yo” o “Súper-ego” que contiene una parte consciente y otra inconsciente, representa los pensamientos morales y éticos internalizados de la cultura y de los padres al ser aprobados y recompensados por estos. El mito alegórico del jardín del Edén es un psicodrama que tiene como propósito expender o profundizar la consciencia más allá de las apariencias del mundo fenomenal. Donde el Edén es la consciencia como el lugar donde se desarrollan los eventos, y los personajes Adán, Lilith, Eva y Asmodeus son nuestras pulsiones que generan pensamientos, emociones y actos, y son parte de la naturaleza humana.

 

NO CONFUNDAS EL MITO DEL SIMBOLISMO ALEGÓRICO CON LA VERDAD.

“Dios es perfección y el hombre es perfectible”

“Ora Et Labora”

 

Lázaharo Hael,’,

 

Nota:

Palabras, símbolos y alegorías, no son verdades por sí mismas, solo señalan hacia ellas.

El presente son reflexiones y meditaciones personales, no representan necesariamente la opinión de la orden.

No escribo para todos, sin embargo, todo son invitados a leer.

Culiacán, Sinaloa. México. Viernes11 de marzo del 2016.

Bibliografía:

(1).- Diccionario de Símbolos.- Juan-Eduardo Cirlot.

(2).- Liturgia Caballero Rosacruz 18°.- Masonería Escocesa.

(3).- Diccionario Enciclopédico de la Masonería.- Lorenzo Frau Abrines.

(4).- Árbol De La Vida.- Zev Ben Shimon Halevi.

(5).- Enciclopedia Wikipedia.

(6).- Liturgia de la Masonería Escocesa.- Príncipe Adepto o Caballero del Sol. Gr. 28°

Referencias y comentarios:

(*).-“Alegoría.- Del griego allegorein «hablar figuradamente», es una figura literaria o tema artístico que pretende representar una idea valiéndose de formas humanas, animales o de objetos cotidianos. La alegoría pretende dar una imagen a lo que no tiene imagen para que pueda ser mejor entendido por la generalidad” (5)

(**).- “Los persas también incorporaron kerubes guardianes, como se pueden ver hoy día en las ruinas de Persépolis (Irán). Tenían algunas figuras de Mithra con cuerpo de hombre, cabeza de león y cuatro alas. A través del mazdeísmo y sus jerarquías angélicas, el término pasa a designar en parte de las escrituras cristianas a un tipo de «ángel» o «mensajero divino» (del griego ἀγγελος). Durante la cautividad babilónica o persa, este término pasa a la Biblia hebraica, y así prepara el traspaso al Nuevo Testamento, que le dará la forma definitiva. La palabra se encuentra testimoniada en acadio, asirio y babilónico, en escritura cuneiforme. De ahí pasa al hebreo, al griego y latín. Para estas culturas el querubín era un genio alado, guardián sagrado de las puertas, en forma de animal, especialmente bajo el aspecto de un toro alado con cabeza humana. Se usaba como figura de un genio apotropaico como, por ejemplo, en las puertas del templo de Isthar de Babilonia, conservadas en el museo de Pérgamo de Berlín, en las colecciones de arte mesopotámico del museo arqueológico de Estambul, en el British Museum de Londres, y en el Museo del Louvre”.- (5).

(***).- Entre comillas porque seguramente no se refiere a conflictos sexuales bilógicos o físicos, puesto que aún eran personajes arquetípicos de “Assiluth”, y carecían de aun cuerpos materiales, lo que seguramente me hacen pensar en cierta inarmonía vibratoria de la positivo y negativo. Lilith es alegóricamente el aspecto negativo de Eva.

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